viernes, 31 de octubre de 2008















Mundo Canibal

Charles Bukowski tenía razón.
Nadie llega.
Nadie lo soporta.
Dylan Thomas y sus 18 poemas etílicos.
Muriendo sin sentido
En la tumba de un hospital sin nombre.

Charles Bukowski tenía razón.
Solo el y los que especulan con la locura.
Sobreviven.
El durísimo yugo de la vida.

Nadie soporta mirarse.
Y el abismo que implica,
Saltar en la propia cloaca.
El mar de azufre.
Extendiéndose.
Sombrío.

La fuerza que impulsa.
a la roca frente al océano.
El agua golpeando la roca.
El cielo indiferente.
La multitud caníbal.
El origen biológico de la crueldad.
La letra de la soledad.

Caer...
Caer...

El mundo…
El mundo…







Venerea


A mi Musa inspiradora
Todos los Poetas que me dieron Vida.

1

Venérea huele a rojo de invierno,
A sutiles surcos de hierbas
Ella se esconde entre las sombras
dejando pequeños indicios encarnados
que marcan su presencia
en el espacio.

Tiene una voz muy suave,
Tan suave que cuando habla
Parece que cantara .
Una canción de cuna.

Pero canta
canciones de soledades
Y ecos del tiempo.
Se recuesta y observa,
afiebrada.
La encrucijada del viento.



2

Venérea cobija sustancias que provienen del fuego
Las oculta entre sus senos
Y las mantiene secretas.
Abre mapas azules en los corazones Solitarios.
Que la veneran.
Veneran a Venérea.
Ellos veneran a Venérea.

A sangre,
Saben sus labios.
El trance se palpa en su piel.
Sus besos son el veneno de las víboras.

Rojas y chispeantes
En sus ojos se reflejan
Las hogueras de la noche.
Las toxinas que incendia las ciudades y sus muros,
que dan por perdido el póquer de los sin vida.
Todo lo invaden.
Sin responder por rincones exclusivos.
Ni guaridas clandestinas.

3

Venérea posee los hechizos,
El secreto de las brujas.
La magia negra que esconden los profetas.
Ella traduce sus escritos y sus palabras.
Los seduce.
Los embriaga con drogas oscuras.
Los domina.

Ellos permanecen callados.
Observándola.
Ellos veneran a Venerea.

A veces, su palidez incendia los espejos rotos
Ese concierto de imágenes que componen su feroz sonrisa.
Buscando lo inalcanzable.
Con bestias hambrientas siguiendo su rastro.
Con el tiempo clavándole heridas en la arena.
En las venas de la Oscuridad.


4

Venérea habla en lenguas
Que parecen llegar del mas allá.
Conjuros de sortilegios antiguos.
Leídos por un Druida ante la multitud.

Ella trae sacrificios en su anillo.
Tiene dientes de oro colgando de su cuello.
A la muerte a sentado en sus rodillas.
Hamacado a la Desgracia.
Dormido al Miedo.

Venérea ha intentado morir muchas veces.
Muchasv veces se ha suicidado.
Pero no ha podido ser su victima.
No ha podido sobornar a sus verdugos.
A los gritos helados que persisten en su conciencia.
En sus laberintos desérticos.


Sin embargo ella continua sus huidas.
Sus pupilas ardientes
Se mueven como un Pueblo de Gitanos en le desierto.
Buscando con apetito feroz,
El tiempo de las mareas.
Las playas ocultas.





5


Venérea siendo niña asesino a las Ninfas.
Y nado desnuda sobre el Lago de Flujo
Donde duermen las Vírgenes.
Se masturbo con flores ígneas
Hasta acabar en lavas.

Tocándose despacio,
con sus dedos cortantes.
Fue excitando sus caderas.
De a poco
fue llamando al orgasmo del clítoris danzantes.
De semen suicida.
De hermandades orgiásticas.

Allí hizo su templo,
Entre enloquecidos músicos
Y sangrantes melodías
Que apagan la sed de todas las criaturas.
Allí descanso
luego de una larga peregrinación de ausencias.


6

Ella inundo todo con su fuerza.
La naturaleza la violo siendo adolecente
Y le hizo chupa vaginas marinas.
Y moluscos del caribe.
Le pidió al vino de los muertos
que apagara sus terrores.

Luego se vistió de Noche
Y salió a cazar vampiros.
Regreso.
A los senderos que la habían visto nacer.
Hace muchos siglos.