jueves, 4 de febrero de 2010

Dylan Thomas


"He bebido 18 vasos de Whisky, creo que es todo un record"
( ultima frase Antes de morir)



Dylan Marlais Thomas nació en Swansea, Gales, en 1914.
Heredó de su padre, un profesor y frustrado poeta inglés, la capacidad intelectual y literaria.
 Su precocidad se nota ya desde su infancia, a los 4 años es capaz de recitar de memoria Ricardo II de Shakespeare, preconfigurando no solamente su singularidad, sino también sus dotes histriónicas. Su padre, D. J. Thomas, un escritor frustrado, profesor de una escuela elemental (la Swansea Grammar School, donde estudió Dylan) vio en su hijo el enorme talento que estaba germinando, de hecho soñaba con darle la mejor educación posible, mandándolo a Oxford, lo que no sería posible. Tras terminar su educación secundaria, Thomas emigró a Londres con el deseo ferviente de publicar sus poemas.



Ya antes había dejado la escuela para convertirse, a instancias de su padre, en periodista del South Wales Evening Post. Es en esta publicación donde ya se desatan las dotes de escritor de Thomas. Redacta obituarios poéticamente, y críticas de cine y teatro donde no dejó títere con cabeza, despedazando a lo más granado de las tablas galesas de por aquel entonces (ya muestra su propensión al escándalo). Después de una ardua jornada de trabajo solía apagar su sed insaciable en el bar The Anthelope, donde escuchaba las historias de los marineros ingleses, mientras se embriagaba hasta la médula. Pero el camino no estaba en el periodismo. Tras un año y medio de labor de prensa, la poesía —su “oficio u hosco arte”— lo arrastraría definitivamente hacia sus dominios.
Un año más tarde aparecía su primer libro, intitulado "18 poemas", recopilación de imágenes transfiguradas que lo colocaron en la espuma del momento ante un círculo selecto de lectores y amigos. Se instaló pronto en Londres ("Londres era el infierno"), ciudad donde comenzó el abrigo de nuevas amistades literarias importantes, acentuó las borracheras, conoció a Caitlin Macnamara, y publicó en las revistas de vanguardia de la época. Su poesía adscrita al movimiento Nueva Apocalipsis, que representaba una reacción frente a la generación de Auden, ofrece una gran riqueza de imágenes relacionadas con temas oníricos o metafísicos. En 1936 apareció su poemario "25 poemas", y casi como si se tratase de una cadena que anunciaba una muerte temprana, ocurrieron todos los hechos de su vida: en 1937 estaba casado con Caitlin, de la cual tendría tres hijos, la pobreza absoluta se sumó a sus exasperaciones etílicas. Su lenguaje es muy rico y sonoro, y las imágenes alcanzan a veces una belleza difícil de igualar. A cambio, la lectura resulta a veces un poco complicada (imágenes medio crípticas). Muertes y entradas (1946) y En el sueño campestre (1951), están consideradas como sus mejores obras. Otras obras son Veinticinco poemas (1936) y El mapa del amor (1939), escritos en prosa y verso. Retrato del artista cachorro (1940) apuntes autobiográficos, y Aventuras en el tráfico de pieles (publicada póstumamente en 1954) contiene una novela inacabada y otros escritos en prosa. Dylan Thomas escribió guiones para películas documentales durante la II Guerra Mundial. Fue declarado inútil para el servicio militar. Al finalizar la guerra fue comentarista radiofónico de la BBC (British Broadcasting Corporation). La obra de teatro para voces Bajo el bosque de leche (publicado póstumamente en 1954) la escribió para la radio. En ella evoca las vidas de los habitantes de Llareggub (Buggerall pronunciado al revés), una pequeña población costera galesa. Falleció en Nueva York el 9 de noviembre de 1953 a las 12:40hs en el Hospital St. Vincent de Nueva York, cuatro días antes había entrado en coma etílico.  












Y  la Muerte no tendra Dominio









Y la muerte no tendrá dominio.



Desnudos los muertos se habrán confundido



con el hombre del viento y la luna poniente;



cuando sus huesos estén roídos y sean polvo los limpios,



tendrán estrellas a sus codos y a sus pies;



aunque se vuelvan locos serán cuerdos,



aunque se hundan en el mar saldrán de nuevo,



aunque los amantes se pierdan quedará el amor;



y la muerte no tendrá dominio.



Y la muerte no tendrá dominio.



Bajo las ondulaciones del mar



los que yacen tendidos no morirán aterrados;



retorciéndose en el potro cuando los nervios ceden,



amarrados a una rueda, aún no se romperán;



la fe en sus manos se partirá en dos,



y los penetrarán los daños unicornios;



rotos todos los cabos ya no crujirán más;



y la muerte no tendrá dominio.



Y la muerte no tendrá dominio.



Aunque las gaviotas no griten más en su oído



ni las olas estallen ruidosas en las costas;



aunque no broten flores donde antes brotaron ni levanten



ya más la cabeza al golpe de la lluvia;



aunque estén locos y muertos como clavos,



las cabezas de los cadáveres martillearan margaritas;



estallarán al sol hasta que el sol estalle,



y la muerte no tendrá dominio.



Plegaria




Vuelvo la esquina de la plegaria y ardo


en una bendición del repentino sol


en nombre de los condenados


me volvería o correría


a la escondida tierra


pero el sonoro sol


purifica


el cielo


Alguien


me encuentra


Oh dejadlo


que me abrase y me ahogue


dentro de su herida terrena


Su relámpago contesta mi llanto


mi voz arde en su mano


ahora estoy perdido en Aquel que enceguece


y al fin de la plegaria se oye el clamor del sol









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